Todo ser humano es un mensajero de Dios.
Todos nacemos en este mundo por voluntad
de Dios. Tu deber principal es hacer que la
corriente de Amor Divino fluya hacia todas
y cada una de las personas. No naces para
vivir meramente para ti. Sólo dedicando tu
vida al servicio de la sociedad, te ennoblecerás
y estarás satisfecho de ti mismo. Dios te ha
enviado a este mundo para practicar y
propagar este mensaje. ¿De qué sirve
el nacimiento humano si te quedas como un
bloque de arcilla, sin servir a la sociedad?
-BABA
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