Las cosas más importantes a considerar no
son ni el gasto efectuado en oraciones al
Señor, ni el número de años que hemos de-
dicado a las mismas, o las reglas y regla-
mentos que hemos acatado, ni tampoco el
número de veces que hemos repetido las
oraciones. Las principales consideraciones
son: con qué mentalidad hemos orado, con
qué grado de paciencia hemos aguardado
el resultado y con qué grado de concentra-
ción mental hemos anhelado la bienaven-
turanza divina, sin que nos importasen la
felicidad mundana ni las demoras; sin pe-
reza, y estando constantemente atentos
a nosotros mismos, a nuestra meditación
y a las tareas que nos correspondían. De-
bes dirigir tu mente lo más que puedas ha-
cia las cosas sagradas, las cuales otorgan
la dulzura y la alegría asociadas al Señor.
-BABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario