La Divinidad es el único amigo y pariente
de los Yoguis (almas espiritualmente avan-
zadas). No conocen a otro. No albergan
ningún otro impulso, apego, ni deseo.
Dios es su todo. No se ven afectados ni
por el sufrimiento ni por la dicha, ni por
el fracaso ni por el éxito. Sólo experi-
mentan una corriente ininterrumpida e
invariable de bienaventuranza. Para
quienes están firmemente establecidos
en este estado, el mundo con sus alti-
bajos aparece como trivial e ilusorio.
Se oponen a las demandas de los sen-
tidos, y enfrentan las fascinaciones del
mundo sin ninguna agitación mental.
Están también vigilantes contra las
tentaciones que los sentidos les pre-
sentan, y descartándolas, se dirigen
a la Divinidad, y allí buscan fuerza y
solaz. Sus acciones, pensamientos y
palabras revelan la visión que han ex-
perimentado. Ésta es Paramartha Dris-
thi, la Supervisión, en la cual los cinco
elementos están presentes como la Di-
vinidad misma, y todos los seres, desde
el hombre a las bestias, aves y gusanos,
son emanaciones de Dios, y por lo tan-
to, completamente divinos.
-BABA
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