La gente se siente desesperada y derrotada a
causa de los caprichos e inestabilidad de los
sentidos. Esto es resultado de una incapacidad
para controlar y guiar a la inteligencia y la
mente. Los deseos en pugna que infectan la
mente, tienen que ser sosegados y controlados.
A la inquieta mente, que corre en todas
direcciones, sumérgela en la contemplación
del Nombre de Dios; el efecto será como
concentrar los rayos del sol mediante una
lupa. Los rayos dispersos adquieren el poder
de una llama, para quemar y consumir.
Así también, cuando a través de la lente
convergente del Atma se concentran
en un punto las olas del intelecto y los
sentimientos de la mente, se manifiestan
como el Esplendor Divino Universal, que
puede calcinar el mal e iluminar la alegría.
El éxito que cualquiera puede tener en
su profesión u ocupación, sólo se logra
a través de la atención concentrada
en un punto. Hasta la más pequeña de
las tareas requiere, para ser llevada a
cabo, la cualidad de la concentración.
Así, incluso el problema más difícil
se vence con un esfuerzo sostenido.
-BABA