El alumno debe estar ansioso por transformar
las enseñanzas en actividad cotidiana y prác-
ticas concretas. Debe llenar de devoción su
corazón, y dedicar todas sus capacidades a
poner en práctica los consejos del Gurú. Sólo
una persona así merece ser llamado Shishya
(discípulo). La semilla puede estar viva, pe-
ro para que se active, el terreno debe ser a-
rado y acondicionado. Cuando ambas condi-
ciones se cumplen, está asegurada la cosecha
de éxitos espirituales para el alumno genuino.
-BABA