El conocimiento secular no puede otorgarnos
la felicidad absoluta y duradera. Sólo el au-
toconocimiento puede ayudarnos a cruzar el
mar del sufrimiento. De manera que cada
uno debe esforzarse por alcanzar dicho auto-
conocimiento. No es fácil lograr este auto-
conocimiento. Al mismo tiempo, es necesa-
rio persistir en el esfuerzo, aún si nos senti-
mos fustrados y desesperados. El autocono-
cimiento se adquiere con seguridad a través
de la pureza mental. La pureza mental pue-
de lograrse mediante acciones piadosas, ac-
tos sagrados, la caridad, la compasión y la
devoción. La acción desinteresada, ofreci-
da a Dios, purifica el corazón. El Sol de la
Sabiduría amanece en un corazón puro. El
amanecer de tal sabiduría eleva al ser hu-
mano al estatus de Dios.
-BABA