La mente no debe vagar indiscriminadamente
en todas direcciones, como la mosca. La
mosca se aposenta en la confitería, y tam-
bién persigue al camión de la basura. A la
mosca (la mente) hay que enseñarle a com-
prender la dulzura del primer lugar, y la im-
pureza del segundo, de modo que no aban-
done la confitería ni persiga al camión de la
basura. Cuando se imparte este conocimien-
to a la mente, el proceso se conoce como
meditación. Por otra parte, observen a la
abeja. Sólo tiene contacto con la dulzura;
aborda sólo a las flores que contienen néc-
tar; no es atraída hacia otros lugares; de
ninguna manera va hacia ellos. De la mis-
ma manera, tú debes abandonar todas las
inclinaciones hacia la atracción sensorial.
-BABA