Toda lucha y fanatismo religioso desaparecerá,
en cuanto perciban la Realidad. La fe en Dios
se basa en la experiencia genuina. Una vez que
aceptemos esto, comenzará la introspección, y
seremos capaces de medir cuánto hemos viaja-
do, hacia la meta o alejándonos de ella. Enton-
ces nos daremos cuenta de que estábamos pal-
pando en la oscuridad, y arrastrando a otros
también hacia la oscuridad. Sólo entonces los
seres humanos abandonarán el odio sectario
en nombre de la guerra religiosa contra los que
profesan credos diferentes. A aquellos que se
deleitan con las guerras religiosas se les debe-
ría preguntar: "¿Has visto a Dios? ¿Has tomado
conciencia del Atma Divina? Si no lo has hecho,
¿qué autoridad tienes para difamar o negar es-
te nombre de Dios? ¿Estás tú, que te debates
en la oscuridad, tratando de arrastrarme tam-
bién a mí hacia esa oscuridad? ¿Puede un cie-
go guiar por el camino a otro ciego? Es una
tarea imposible. Por lo tanto, comprende tu
Verdad, antes de difamar o negar la mía."
-BABA