Al final de la vida debemos traer a la
conciencia los grandes ideales que ha-
yamos realizado a lo largo de la vida,
y los pensamientos y sentimientos ele-
vados que hayamos albergado. Éste fue
el mandato de los sabios de Bharat.
Ellos no solicitaron que trajéramos a
la memoria las faltas y errores come-
tidos durante nuestra vida. Estos son
inevitables y universales. Pero los sa-
bios declararon que siempre debemos
estar conscientes de nuestra propia
Realidad, y dedicados a contemplar su
grandeza y su gloria. Éste, dijeron, es
el paso más grande hacia el progreso.
-BABA