El aspirante espiritual no debe dar lugar
al abatimiento, al desaliento o a cual-
quier sentimiento de fracaso o de duda.
El aspirante debe ser paciente y soportar
los acontecimientos con fortaleza. Por
consiguiente, debe desarrollar en su in-
terior entusiasmo, fe y alegría. Mante-
niendo el resultado final de su esfuerzo
constantemente a la vista, el aspirante
debe enfrentar con vigor todas las difi-
cultades y tentaciones. Ya que las difi-
cultades son breves y débiles, pueden
vencerse con facilidad con un poco de
paciencia. Sin embargo, si el aspirante
no permanece atento ni tiene pacien-
cia, todo el éxito alcanzado hasta ese mo-
mento podría esfumarse en un descuido.
-BABA