Considera cómo sueñas cuando duermes:
los sueños no surgen de alguna parte fue-
ra de ti, ni las variadas imágenes y acti-
vidades desaparecen en algún lugar fue-
ra de ti. Surgen en ti, y desaparecen en
ti. Mientras sueñas consideras reales a
los eventos y personas, y los sentimien-
tos de pena, deleite, miedo, ansiedad y
alegría los experimentas de manera tan
realista como en el estado de vigilia. En
ese momento no los descartas como ilu-
sorios. El Cosmos es el sueño de Dios.
Surge en Él y se funde en Él. Es produc-
to de Su Mente. Los ciclos de nacimien-
to y muerte son todos caprichosos teji-
dos de Maya, agitaciones ilusorias y apa-
riencias irreales. Quienes han experimenta-
do esta suprema sabiduría pueden alcanzar
la unidad con la Divinidad, aquí y ahora.
-BABA