Hoy lunes me siento con ganas de canalizar, no sé porqué, de manera que me siento frente a mi pantalla y vacío mi mente, dejándome disponible para algún ser que quiera transmitirles algo a los lectores buscadores de la Luz. Relajo mi cuerpo y mi mente, y me dejo llevar por esa conocida sensación de vacío y de sosegado bienestar interno… ¡Y el que hace aparición no es otro que Sathya Sai Baba! Para mí es siempre un honor y una inmensa alegría reconocer la presencia de mi Maestro!
Baba: Sai Ram
Yo: Hola Swami. ¿Sai Ram? Es la primera vez que te oigo decir el mantra de Sai Ram para saludarme.
Baba: ¿Acaso no es el saludo que usáis mis devotos cuando os encontráis unos con otros?
Yo: Pues sí, en efecto.
Baba: ¿Quieres preguntarme alguna cosa?
Yo: Bueno, pues sí, me gustaría que les contaras un poco a los lectores y a mí sobre los tiempos que estamos atravesando ahora, pues se dicen tantas y tantas cosas a través de internet…
Baba: Claro, porque no es en internet donde debéis buscar, sino en 'innernet' (red interior en inglés). En internet escriben muchas personas, miles de personas, y cada cual pone parte de su propia factoría mental en las canalizaciones que hace. En cambio, en ‘innernet’ existe un solo Ser, y por tanto, una sola Verdad. No hay múltiples teorías, que son puramente mentales, sino una sola y auténtica.
Yo: Tienes toda la razón, Baba. No obstante, a veces parece más fácil abrir el ordenador y leer lo que dicen otros, antes que leer la propia voz interior.
Baba: Os parece lo más cómodo, simplemente porque en occidente no estáis acostumbrados a meditar, y sí a leer miles y miles de periódicos, revistas y libros, o a pasaros horas y horas frente al televisor, con vuestra mente desconectada de la realidad. ¡Si os pudiérais ver cuando estáis viendo la televisión! ¡Parecéis vegetales, solamente mirando, pero sin discernir! Y lo que es más triste, sin meditar en el Señor, que es vuestra fuente original. Es una lamentable pérdida de tiempo. Y el tiempo es oro, el tiempo que desperdiciáis es irrecuperable; no hay forma de volver atrás; lo perdido, perdido está, y lo desperdiciado, no puede volver a recuperarse.
Yo: Ya, es lo que dices siempre, pero nosotros no te hacemos demasiado caso. Es decir, la gente lee tus mensajes, pero de ahí a que los llevemos a la práctica, es otra cuestión. Te pido perdón por eso, Señor.
Baba: Hablo en general, no estoy hablando de ti en particular. Si bien es cierto que aún podrías hacer más de lo que haces.
Yo: ¿Más aún? ¡Swami, si apenas tengo tiempo para dedicar algo de él para hacer mis cosas!
Baba: Sí podrías. Es cuestión de administrar bien tu tiempo. A veces estás demasiado tiempo haciendo la misma cosa, y podrías abreviar. De esta manera podrías hacer cosas nuevas, o reiniciar algunas cosas inacabadas…
Yo: Touché. Intentaré ser más conciso en mis deberes y no perderme por los cerros de Úbeda, como decimos en España.
Baba: Mmmm, no lo intentes, ¡hazlo!
Yo: Sí, Swami, te lo prometo. Y antes de irte, ¿podrías decirnos algo sobre los tiempos de transición en que nos encontramos?
Baba: Sí, sí. La Tierra, tal como la conocen ustedes, está en un proceso de embrión, a punto de dar a luz una Nueva Tierra, y dentro de esa Nueva Tierra, una Nueva Humanidad florecerá. Para conseguirlo, cuentan con la ayuda de muchas huestes de seres, en número en crescendo, que se van añadiendo a este vasto Ejército de Luz que combate la oscuridad que ensombrece a la humanidad y la mantiene esclavizada desde milenios. Yo: ¿Y para cuándo se espera ese cambio ya definitivamente, Swami?
Baba: Deben tener calma y rodearse de paciencia. Si han estado milenios bajo el yugo de los poderes oscuros, podrán esperar un poquito más, ¿no es así?
Yo: Desde luego. ¿Y qué remedio nos queda? Pero en fin, todos los Trabajadores de la Luz, como nos llamamos ahora, estamos deseando que llegue el cambio cuanto antes, es comprensible, ¿no, Swami? Baba: ¡Ja, ja, ja! Sí, lo es. La paciencia no es uno de los fuertes de la humanidad de este planeta.
Yo: Baba, ¿Por qué hay tanta gente reacia a creer en la existencia del más allá, de los espíritus desencarnados y de nuestros hermanos extraterrestres?
Baba: Si les es difícil aceptarlos, es debido a que han estado durante muchas vidas atrás viviendo existencias totalmente mundanas, sin siquiera plantearse la posibilidad de que exista la vida en el Espíritu y no sólo en la carne. Tú eres y piensas de acuerdo a lo que has hecho y fabricado en tu mente y tu personalidad durante tus vidas anteriores. A eso habría que añadirle el resultado de tus experiencias en esta vida actual, conjuntamente con tu entorno familiar, el tipo de amigos que has tenido y la calidad de la enseñanza que has recibido de tus profesores. Todo ello es importante.
Yo: Ya veo. Bueno, Baba, mi dulce Señor, te amo mucho. Hace tiempo que no me das un sueño de esos hermosos e inolvidables que solías regalarme… Los echo en falta.
Baba: Yo doy siempre lo que necesita mi hijo, mi devoto. A lo mejor es porque ya no lo estás necesitando. Vas bien, hijo, sigue así, y sabe que Yo estoy contigo siempre, guiándote en tu camino y abrazándote fuerte cuando estás triste o apesadumbrado. Nunca te dejo desprotegido, como ya sabes.
Yo: Gracias, mi Baba. Te abrazo, y Tú sabes que siempre estás en mi mente y en mi corazón; estoy seguro de que lo notas.
Baba: ¡Ja, ja, ja! Por supuesto, si no no sería un Avatara de Dios.
Yo: Sai Ram, Señor. Y muchas gracias por venir esta noche. Espero que mis lectores puedan deleitarse como yo lo he hecho.
Baba: Yo también estoy con ellos. Si tú que estás leyendo estas líneas, Me necesitas en algún momento, tan sólo concéntrate en Mí y llámame, ¡y Yo estaré allí instantáneamente! Yo siempre acudo al llamado del que me invoca.
¡Nunca se olviden de eso!
Yo: ¡Gracias, Swami!
(Finalizado a la 1:16 de la madrugada, del 15 de Febrero del 2011)