REALICEN QUE USTEDES Y YO SOMOS UNO
Todo EL mundo le tiene miedo a Yama, el dios de la muerte, que va por
cada rincón del mundo y le quita el principio vital a aquellos cuya
permanencia en la tierra ha llegado a su fin.
La Castidad Provee a las Mujeres de Inmenso Poder
Cuando Yama le quitó la vida de Satyavan, el esposo de Savitri, ésta
quedó muy afligida y le oró para que le devolviera la vida. Ella
dijo, “O regresas la vida a mi esposo o tomas mi vida también. No
puedo vivir sin mi esposo; somos uno”. Cuando Yama quiso irse después
de quitarle la vida a su esposo, Savitri le bloqueó el camino y no le
permitió moverse. Yama no tuvo otra elección que escuchar su
plegaria. Él le preguntó, “¡Madre! ¿Qué es lo que deseas?”
“Devuélveme a mi esposo porque no me es posible vivir sin él,” dijo
Savitri. Finalmente, Yama tuvo que ceder a su ruego y revivió a
Satyavan. Yama no sólo le devolvió la vida a Satyavan, sino que les
entregó muchos dones a ambos, Savitri y Satyavan, feliz como estaba él
ante la castidad y determinación de Savitri. Fue debido al poder de
su castidad que ella pudo traer a su esposo de vuelta a la vida.
Chandramati fue otra gran mujer de la sagrada tierra de Bharat que dio
un brillante ejemplo de castidad al mundo. Cuando ella, junto con su
esposo Harishchandra y su hijo estaba cruzando por una selva, de
repente ésta quedó envuelta en un tremendo fuego que amenazaba sus
vidas. Entonces, Chandramati oró, “Si yo soy verdaderamente una mujer
casta y he estado adhiriéndome al dharma toda mi vida, que se extinga
este fuego”. Y he aquí que el fuego se extinguió en un instante y la
selva entera quedó apaciguada y serena. ¡Tan grande es el poder de
austeridad y castidad de una mujer casta! Pero siempre era humilde y
expresaba su gratitud a Dios diciendo, “Es por la gracia de Dios que
he sido capaz de sostener el dharma de una mujer casta”. Ella siempre
seguía a su esposo y no soportaba estar separado de él ni por un
momento. Esa es la marca de una mujer casta. Ambos esposos deben
vivir juntos en armonía durante toda su vida. (Aquí Bhagavan narró la
historia del Rey Harishchandra y de su casta esposa Chandramati
quienes, a pesar de pasar por indecibles sufrimientos, sostuvieron las
virtudes de la verdad y la rectitud y dieron brillante ejemplo de una
vida virtuosa.)
Esta tierra de Bharat ha dado nacimiento a muchas nobles mujeres como
Damayanti, quien redujo a un maligno cazador a cenizas con el poder de
su castidad y Sita que demostró su castidad al salir ilesa del fuego
ardiente.
(Poema en telugo)
La Vida Encuentra su Plenitud cuando Esposo y Esposa Viven en Unidad
Cuando Sita fue sometida a la prueba del fuego, el dios del fuego
mismo se manifestó saliendo de él y le dijo a Rama, “Sita es una mujer
de gran castidad”. Hubo muchas mujeres de castidad en la sagrada
tierra de Bharat como Sita, Chandramati, Damayanti y Savitri. La
gente le tenía miedo a Yama, el dios de la muerte, pero Yama le tenía
miedo a las mujeres de castidad. Lo mismo que Savritri quien pudo
traer a su esposo muerto de vuelta a la vida por el poder de su
castidad, Sita también pudo salir del fuego ardiente ilesa por el
poder de su castidad. Todos estos ejemplos de mujeres castas de
Bharat dan el ideal de que para una mujer su esposo es Dios. Estos
ideales dados por tales castas mujeres hizo de la India una maestra
para el mundo y la convirtió en líder de todas las naciones. Salvo en
Bharat, ¿en qué país del mundo encuentran ejemplos de mujeres que
traigan a sus esposos muertos de vuelta a la vida? Aun si buscan por
el mundo entero, no pueden encontrar tales mujeres castas. Tal es la
santidad de esta tierra de Bharat. Es por esto que Dios ama encarnar
en Bharat. Lo mismo que las mujeres deben observar el dharma de la
mujer casta (patrivrata dharma), los hombres también deben adherirse
al dharma de un esposo ideal (sativrata dharma). Una mujer debe ser
una mujer casta o pativrata, así también su esposo debe ser un esposo
ideal o sativrata. La esposa nunca debe ir en contra de la orden de
su esposo; similarmente, el esposo debe conducirse de acuerdo con los
deseos de su esposa y debe cuidarla con gran amor.
Desafortunadamente, son pocos los hombres hoy en día que observan el
sativrata dharma aunque una gran cantidad de mujeres sí se adhieren al
pativrata dharma. Dios es complacido con aquellas mujeres que
observan el pativrata dharma. Cuando hay unidad entre el esposo y la
esposa, pueden lograr cualquier cosa y encontrar plenitud en la vida.
Draupadi tenía cinco esposos y ella los consideraba como sus cinco
alientos vitales. Las mujeres de hoy deben observar la castidad como
Sita, Savitri, Draupadi y Damayanti. Sólo en la sagrada tierra de
Bharat es donde encuentran tan gran número de mujeres que son
pativratas y en ninguna otra parte. Pero la gente deja esta sagrada
tierra y va a otros países y desperdicia su vida.
Dicen, mi cuerpo, mi pañuelo, y así sucesivamente. Pero, ¿quién es
ese ‘mi’? Es el Ser o Yo. Yo significa el Atma. Sin realizar el
Atma, todas las prácticas espirituales como los sacrificios y las
ofrendas no sirven de nada. Dicen, esto es mío y aquello es tuyo.
¿De qué sirve hacer alguna práctica espiritual a menos que abandonen
los sentimientos de ‘lo mío’ y ‘lo tuyo’? Líbrense de los
sentimientos estrechos de lo mío y lo tuyo y realicen que ustedes y Yo
somos uno.
Todo EL mundo le tiene miedo a Yama, el dios de la muerte, que va por
cada rincón del mundo y le quita el principio vital a aquellos cuya
permanencia en la tierra ha llegado a su fin.
La Castidad Provee a las Mujeres de Inmenso Poder
Cuando Yama le quitó la vida de Satyavan, el esposo de Savitri, ésta
quedó muy afligida y le oró para que le devolviera la vida. Ella
dijo, “O regresas la vida a mi esposo o tomas mi vida también. No
puedo vivir sin mi esposo; somos uno”. Cuando Yama quiso irse después
de quitarle la vida a su esposo, Savitri le bloqueó el camino y no le
permitió moverse. Yama no tuvo otra elección que escuchar su
plegaria. Él le preguntó, “¡Madre! ¿Qué es lo que deseas?”
“Devuélveme a mi esposo porque no me es posible vivir sin él,” dijo
Savitri. Finalmente, Yama tuvo que ceder a su ruego y revivió a
Satyavan. Yama no sólo le devolvió la vida a Satyavan, sino que les
entregó muchos dones a ambos, Savitri y Satyavan, feliz como estaba él
ante la castidad y determinación de Savitri. Fue debido al poder de
su castidad que ella pudo traer a su esposo de vuelta a la vida.
Chandramati fue otra gran mujer de la sagrada tierra de Bharat que dio
un brillante ejemplo de castidad al mundo. Cuando ella, junto con su
esposo Harishchandra y su hijo estaba cruzando por una selva, de
repente ésta quedó envuelta en un tremendo fuego que amenazaba sus
vidas. Entonces, Chandramati oró, “Si yo soy verdaderamente una mujer
casta y he estado adhiriéndome al dharma toda mi vida, que se extinga
este fuego”. Y he aquí que el fuego se extinguió en un instante y la
selva entera quedó apaciguada y serena. ¡Tan grande es el poder de
austeridad y castidad de una mujer casta! Pero siempre era humilde y
expresaba su gratitud a Dios diciendo, “Es por la gracia de Dios que
he sido capaz de sostener el dharma de una mujer casta”. Ella siempre
seguía a su esposo y no soportaba estar separado de él ni por un
momento. Esa es la marca de una mujer casta. Ambos esposos deben
vivir juntos en armonía durante toda su vida. (Aquí Bhagavan narró la
historia del Rey Harishchandra y de su casta esposa Chandramati
quienes, a pesar de pasar por indecibles sufrimientos, sostuvieron las
virtudes de la verdad y la rectitud y dieron brillante ejemplo de una
vida virtuosa.)
Esta tierra de Bharat ha dado nacimiento a muchas nobles mujeres como
Damayanti, quien redujo a un maligno cazador a cenizas con el poder de
su castidad y Sita que demostró su castidad al salir ilesa del fuego
ardiente.
(Poema en telugo)
La Vida Encuentra su Plenitud cuando Esposo y Esposa Viven en Unidad
Cuando Sita fue sometida a la prueba del fuego, el dios del fuego
mismo se manifestó saliendo de él y le dijo a Rama, “Sita es una mujer
de gran castidad”. Hubo muchas mujeres de castidad en la sagrada
tierra de Bharat como Sita, Chandramati, Damayanti y Savitri. La
gente le tenía miedo a Yama, el dios de la muerte, pero Yama le tenía
miedo a las mujeres de castidad. Lo mismo que Savritri quien pudo
traer a su esposo muerto de vuelta a la vida por el poder de su
castidad, Sita también pudo salir del fuego ardiente ilesa por el
poder de su castidad. Todos estos ejemplos de mujeres castas de
Bharat dan el ideal de que para una mujer su esposo es Dios. Estos
ideales dados por tales castas mujeres hizo de la India una maestra
para el mundo y la convirtió en líder de todas las naciones. Salvo en
Bharat, ¿en qué país del mundo encuentran ejemplos de mujeres que
traigan a sus esposos muertos de vuelta a la vida? Aun si buscan por
el mundo entero, no pueden encontrar tales mujeres castas. Tal es la
santidad de esta tierra de Bharat. Es por esto que Dios ama encarnar
en Bharat. Lo mismo que las mujeres deben observar el dharma de la
mujer casta (patrivrata dharma), los hombres también deben adherirse
al dharma de un esposo ideal (sativrata dharma). Una mujer debe ser
una mujer casta o pativrata, así también su esposo debe ser un esposo
ideal o sativrata. La esposa nunca debe ir en contra de la orden de
su esposo; similarmente, el esposo debe conducirse de acuerdo con los
deseos de su esposa y debe cuidarla con gran amor.
Desafortunadamente, son pocos los hombres hoy en día que observan el
sativrata dharma aunque una gran cantidad de mujeres sí se adhieren al
pativrata dharma. Dios es complacido con aquellas mujeres que
observan el pativrata dharma. Cuando hay unidad entre el esposo y la
esposa, pueden lograr cualquier cosa y encontrar plenitud en la vida.
Draupadi tenía cinco esposos y ella los consideraba como sus cinco
alientos vitales. Las mujeres de hoy deben observar la castidad como
Sita, Savitri, Draupadi y Damayanti. Sólo en la sagrada tierra de
Bharat es donde encuentran tan gran número de mujeres que son
pativratas y en ninguna otra parte. Pero la gente deja esta sagrada
tierra y va a otros países y desperdicia su vida.
Dicen, mi cuerpo, mi pañuelo, y así sucesivamente. Pero, ¿quién es
ese ‘mi’? Es el Ser o Yo. Yo significa el Atma. Sin realizar el
Atma, todas las prácticas espirituales como los sacrificios y las
ofrendas no sirven de nada. Dicen, esto es mío y aquello es tuyo.
¿De qué sirve hacer alguna práctica espiritual a menos que abandonen
los sentimientos de ‘lo mío’ y ‘lo tuyo’? Líbrense de los
sentimientos estrechos de lo mío y lo tuyo y realicen que ustedes y Yo
somos uno.
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