Om Sai Ram
"Estoy dispuesto a concederle cualquier cosa a cualquiera, ¡mas nadie pide! E incluso aquellos que piden, ¡piden fruslerías y no piden Mi Gracia! Todos ustedes respiran aire impuro, en tanto que Yo respiro el Puro aire que consiste de las plegarias de Mis devotos. Inhalo el aire de las aspiraciones de los que Me son cercanos y caros; ¿Y qué es lo que exhalo? ¡Exhalo Bendiciones! ¡Sí, si! ¡Tathastu! ¡Tathastu! ¡Aquello que pidan, Yo lo concederé!". Sai Baba
"Estoy dispuesto a concederle cualquier cosa a cualquiera, ¡mas nadie pide! E incluso aquellos que piden, ¡piden fruslerías y no piden Mi Gracia! Todos ustedes respiran aire impuro, en tanto que Yo respiro el Puro aire que consiste de las plegarias de Mis devotos. Inhalo el aire de las aspiraciones de los que Me son cercanos y caros; ¿Y qué es lo que exhalo? ¡Exhalo Bendiciones! ¡Sí, si! ¡Tathastu! ¡Tathastu! ¡Aquello que pidan, Yo lo concederé!". Sai Baba
Cuando estamos asociados a una tan Benevolente Madre, resulta tanto más importante para nosotros saber qué pedir. ¿Qué pedirle a Swami? ¡Oh Señor de Señores! Si has de concederme algo, has que sea Renunciación y Sabiduría!!
¿Qué es Renunciamiento (Vairagya)? Muchos sabios la describen de varias maneras - permítanme citar del Discurso de Swami. Swami dice, "Vairagya es el ABC de la Disciplina espiritual.
Es la primerísima señal de una vida espiritual." ¿Qué es Vairagya? Vairagya es la ausencia de apego. Es desapego de los placeres de este mundo y también de aquellos disponibles en el cielo, luego de haber llegado a la firme convicción acerca de su fugacidad.
Vairagya no es necesariamente renunciar a los lazos familiares y huir a la soledad de la jungla, sino el renunciar a una idea falsa, a la falsa noción que los objetos son permanentes y que producen alegría.
Bhagavan Baba agrega que no existe objeto alguno sin defectos, ninguna alegría que no se entremezcle con dolor, ninguna acción no contaminada de egoísmo. Por lo tanto, queden advertidos - desarrollen desapego y pónganse a salvo de dolores.
Liberándose
Había una vez un Sadhu (Santo, aspirante), el cual era Sadhu sólo por - si lo puedo llamar así - vocación, mas no en cuanto a pensamiento, palabra y acción; ya que había adoptado la túnica ocre, no porque tuviera anhelos de inmortalidad, de liberación de la servidumbre en la pluralidad perenne, sino porque este estilo de vida respondía a su pereza e indolencia.
Este falso sadhu tenía una pequeña choza junto al Ganges - el agua del Ganges calmaba su sed y la generosidad de los crédulos peregrimos saciaba su hambre; una posición realmente envidiable.
Un buen día, sentado en la ribera del Ganges, gozando de su ocio, vio un objeto brillante que flotaba río abajo. Sin pensarlo dos veces, se lanzó al agua, nadó con poderosas brazadas y alcanzó el brillante objeto, lo tomó y lo estrechó contra su pecho; lo reclamó como propio y con asombro, vio que era un hermoso recipiente de plata.
Teniendo el recipiente en una mano, nadó de vuelta a la ribera. Mas no todo iba bien - el hombre propone y Dios dispone... Se dio cuenta que la corriente era tan fuerte que, mientras más trataba de salir, más violentamente era arrastrado hacia el centro, ¡ya que tenía una sola mano para salvarse!
Después de una lucha desesperada, su espíritu de conservación se impuso sobre su codicia - soltó el recipiente y, con ambos brazos y un poderoso esfuerzo nadó hacia la orilla. Al poner pie en tierra, miró hacia atrás y vio como el brillante objeto se alejaba de él.
No pudo soportar la angustia y estalló en lágrimas y lamentos. "¡Oh, he perdido mi recipiente de plata!"
Un sabio real - un hombre realmente desapasionado y renunciante - observaba la escena, observaba todo el drama. Se acercó a él y dijo: "¡Amigo! Ese recipiente flotaba río abajo y habría continuado su curso si tu no lo hubieras interrumpido.
Nadaste hasta él, lo recogiste feliz y lo reclamaste para tí, luego para salvar tu vida lo soltaste, ¿y ahora dices que has perdido tu recipiente? ¿Cuándo fue tuyo? ¿No ves que toda esta pena es de tu propia hechura?"
Hermanas y Hermanos, igual que el anacoreta de nuestra historia, Bhagavan Baba dice que también nosotros hemos llegado a tener una relación equivocada con los objetos de este mundo.
Primero nos esforzamos por poseerlos y luego luchamos como locos por preservarlos - olvidándonos todo el tiempo del hecho fundamental que todo en este mundo (prapancha) sigue la ley del movimiento y el cambio.
Se dice que el cambio es la única constante - nos olvidamos que todo se encuentra en un estado de fluidez. Como Bhagavan dice siempre: "Este mundo no es más que reacción, reflejo y resonancia. ¡Eso es todo lo que existe!"
Es por eso que la máxima es: "Agradezcan todo lo que llegue a ustedes, no se pongan en el camino de aquello que les abandone". Bhagavan Baba agrega además que renunciación real significa sentirse totalmente contento, perfectamente feliz con lo que haya aquí y ahora.
Porque lo que está, estará. ¡Lo que no esté, no estará nunca! Entonces, ¿por qué lamentarse? El estar en completa calma, relajado y contento con lo que sea - eso es real renunciación.
¿Por qué la mente se siente atraída hacia objetos temporales?
La mente se siente atraída hacia objetos temporales, porque no ha visto lo Permanente. La mente corre detrás de estos objetos transitorios, porque no ha visto aún lo que es alegría real.
No se ha disuelto aún en Dios, ni siquiera por un atisbo de lo que es la dicha real - lo que es verdadero contento. Es por eso que corre alocadamente detrás de los así llamados objetos.
Bhagavan Baba compasivamente me ha ordenado recién de decir algo sobre Ramatatwa - la esencia del Señor Rama (Un Avatar de Dios que precedió al Avatara de Krishna). Recién llega un pensamiento a mi mente y permítanme pensar en voz alta - en telegu, 'Ra' significa venir. Ra - Randi.
Y en tamil, - que incidentalmente es mi lengua materna - 'Ma' es una palabra para connotar Amor. Lo que entiendo del término "Rama" es: "¡Ven a mí, oh amado mío!" "¡Ven a mí, oh amado mío! Ven y lléname porque he venido a darme cuenta, después de tantas vidas de árdua lucha, que toda felicidad y desdicha son sólo blanco y negro.
El color real, la real belleza, la real felicidad están sólo en la unión con Dios. Por eso, ¡por favor ven a mí! ¡Con un corazón devoto, de rodillas y con lágrimas brotando de mis ojos, Te suplico y Te ruego que vengas a mí!"
¿Qué es la Devoción?
A menudo se cree que la devoción es un tonto sentimentalismo y una emotividad enfermiza. La devoción está tan lejos de la emotividad como la oscuridad de la luz, como el Sol de la Luna.
La Devoción es Sacrificio Intenso En una de Sus China Kathas (pequeñas historias), Bhagavan menciona una ocasión en que el sabio Narada fue a enseñarle a las gopis (las pastoras de ganado devotas del Señor) el secreto de la sabiduría.
Y quedó tan sorprendido - más claramente, enmudeció de asombro - por su fenomenal devoción por el Señor Krishna. Krishna era el sentido del gusto de sus lenguas, la visión de sus ojos, el sonido en sus oídos, el tacto en su piel - que regresó y compuso lo que se conoce como uno de los textos de mayor autoridad sobre la doctrina de la Devoción - los Narada Bhakti Sutras.
Permitámonos exponer ahora la doctrina del Bhakti (Devoción a Dios. Amor a Dios). Es de la naturaleza del Amor Supremo - en donde no hay nadie sino Dios; nada más que Dios; nada más caro al corazón que Dios.
También es de la naturaleza de la Inmortalidad - porque el devoto está tan saturado con el pensamiento de Dios, que todo el ámbito de la existencia cambia, del Universo cambiante, a lo Divino invariable.
Es por ello que, una vez alcanzado el Amor de Dios, se llega a experimentar la Suprema Dicha del Señor - que es de la naturaleza de la Inmortalidad.
Bhagavan Baba dice: "El Amor es su propia recompensa.
Está totalmente satisfecho, totalmente saciado." Después de haber alcanzado eso ya no desea nada más - no sufre, no odia, no queda entusiasmo en él para buscar nada más.
Después de haberlo alcanzado, depués de haberlo conocido, automáticamente y sin esfuerzo alguno o sin ninguna disciplina espiritual - simplemente por la intensidad de su Amor - inconscientemente se siente empujado a profundas meditaciones.
Es absorbido, por así decir, hacia la quietud de su alma y llega a gozar la dicha de su Sí Mismo. Es así como es descrito el Bhakti (Devoción a Dios) en las escrituras.
Podemos ver entonces que el Bhakti, aunque en un principio pueda serlo, en su culminación, ya no es mera emoción, mero sentimiento - sino un intenso sacrificio.
Una vez, mientras hablaba sobre el "Bhagavad Gita", Sri Ramakrishna Paramahamsa dijo: "¡Gita! ¡Gita! ¡Gita!" y, repentinamente, comenzó a decir: "¡Tagi! ¡Tagi! ¡Tagi!"
Explicando a continuación: "Reviertan la palabra 'Gita' y obtienen 'Tagi'. Y esa es la esencia misma de todo el Bhagavad Gita -- ¡Sacrificio, Sacrificio, Sacrificio!" Renunciando a Todo
¿Qué sacrificar?
Había una vez un gran Rey que fue mordido - por así decir - por la serpiente de la renunciación. Quería renunciar a todo. Fue donde su preceptor y dijo: "¡Maestro! Muéstrame la senda de la renunciación.
Quiero dejarlo todo." El Maestro le preguntó: "¿Qué deseas desechar?" Y respondió: "Quiero renunciar a todas mis riquezas y distribuirlas entre los más pobres de entre los pobres de mi reino".
El Maestro dijo entonces: "¿Realmente? Mas, ¿Te pertenecen las riquezas? Las has acumulado mediante impuestos a tus súbditos. ¿Cómo podrías distribuirlas y renunciar a ellas, hijo mío?". Dijo el Rey, "Maestro, renunciaré al trono. Dejaré el reino y me internaré en la floresta". Respondió el Maestro: "¿Realmente? El trono te ha sido confiado.
No eres más que un depositario - no eres dueño; ¿cómo podrías renunciar?" Entonces, dijo el Rey, "Maestro, renunciaré a este cuerpo mismo. Renunciaré a mi vida". Respondió el Maestro, "Este cuerpo le pertenece a la Naturaleza. Está compuesto por cinco elementos.
¿Quién te ha dicho alguna vez que te pertenece? ¿Cómo podrías renunciar a él?". Frustrado, dijo el Rey, "Maestro, entonces ¿a qué puedo renunciar?" Respondió el Maestro, "A aquel que desea renunciar, deséchalo.
¿Quién quiere renunciar?" "¡Yo!" "Desecha ese 'yo' Una vez que hayas desechado ese 'yo', no quedará ya nada a que renunciar. No quedará ya nada por ser alcanzado".
¡Muéstrame tu mente! Te diré como controlarla
Cerca de tres años atrás, mientras Swami caminaba por aquí, se levantó de pronto un hermano y dijo: "¡Swami, ayúdame a controlar mi mente!" Swami le dijo, "¿Realmente? ¡Yo ayudaré!" En un comienzo, Swami bromeó - le palmoteó la mejilla y dijo, "Tampoco tu abuelo pudo controlar su mente, ¿Qué es lo que quieres controlar?" (Y hubo un estallido de risas...) Swami se puso serio.
Dijo, "Yo te voy a ayudar. Ciertamente te voy a ayudar. ¡Muéstrame tu mente! Te diré como controlarla." Y se alejó. Nadie entendió nada - todos nos quedamos sentados. Swami siguió Su camino.
Las escrituras dicen: "Encuentren al ego, destrúyanlo, pisotéenlo, aniquílenlo y acábenlo - mas, ¡primero encuéntrelo! ¿En dónde está?" Algunas veces, caminando solos por las calles en la noche, de pronto pensamos que hay un espectro tras de nosotros - mas mirando bien descubrimos que lo que pensábamos era un espectro no era otra cosa que un juego de luz y sombra: de una luminaria y un gran árbol.
Lo que se requería era observar bien. Si no hubiéramos mirado detenidamente, esta sombra en forma de espectro nos habría aterrado, y el miedo nos habría complicado la vida. Mas, bien mirado, ¡descubrimos que nunca había habido nada allí!
Bhagavan nos cuenta en una Chinna Katha de aquel invitado que se esfuma. Hubo un hombre que, por así decirlo, llegó de intruso a una fiesta de bodas - como saben, en los esponsales hindúes estamos festejando por cuatro o cinco días.
Los invitados del novio pensaron que era el padrino de la novia, de modo que lo colmaron de atenciones y le trataron con especial respeto.
El grupo de invitados de la novia - al observarlo - pensó que era alguien muy importante cercano a la partida del novio, de modo que tampoco escatimó sus atenciones. De modo que, en general, este intruso sin pertenecer a grupo alguno, lo estaba pasando maravillosamente bien.
Un buen día, los dos grupos de reunieron. El hombre de marras olfateó peligro y se esfumó. Todos lo buscaron, mas no pudieron encontrarle en ninguna parte, ¡porque había desaparecido!
Bhagavan dice: "¡Es el mismo caso con el Ego!" ¿Qué es el ego? No es más que un así llamado sentir en cuanto a que existe una entidad individual concreta - separada de otros - que tiene un nacimiento, que tiene una muerte, que está sometida a una servidumbre y que, finalmente, ha de ser liberada.
El renunciar a esta idea - dice Swami - es real Jnana, real Sabiduría. La Gracia de Alcanzar la Sabiduría. Cuando sopla una fuerte brisa, todo lo que se requiere es desplegar las velas. El barco será llevado automáticamente a su destino - nada de remar, nada se requiere.
Está soplando una fuerte brisa espiritual de la Gracia de Bhagavan. Él asegura una asistencia activa - no un testimonio pasivo - sino una activa asistencia a quienquiera que desee transitar por la senda hacia Dios - ¡todo lo que necesitamos hacer es desplegar las velas de la Devoción (Bhakti), del Conocimiento (Jnana) y del Renunciamiento (Vairagya)!
Transitar con sinceridad la senda y buscar Su Gracia
¡Despierta, levántate, busca a los sabios Maestros, siéntate a sus pies y conoce la Verdad! Nosotros hemos encontrado a Swami, nos hemos sentado a Sus Pies. El nos ha inculcado el real entendimiento.
Dependerá de nosotros el andar a la deriva como vagabundos, o transitar con sinceridad la senda y buscar Su Gracia. En el segundo capítulo del Gita, Arjuna Le pregunta al Señor Krishna: ¿Cuál es la señal del hombre iluminado? ¿Cómo camina? ¿Cómo se para? ¿Cómo sonríe? ¿Cómo se sienta?
El Señor responde en los siguientes diecisiete versos y dice: Uno que ha desechado todos los deseos de su corazón, y es capaz de satisfacerse totalmente con la alegría de su propio Sí Mismo, ¡ese será un real hombre de sabiduría establecida!
Como la tortuga que es capaz de recoger sus patas, el hombre que sea capaz de recoger sus sentidos y fijar su mente en la firme corriente de Dios, ese será un hombre que haya renunciado. Agrega además que aquel en el que entran todos los deseos, pero que no hace diferencia - como todos los ríos que fluyen hacia el Océano - ese será el hombre elegible para la Paz Suprema. ¡Nadie más!
¿Qué es esta Sabiduría establecida?
Las escrituras mencionan tres palabras: ¡Conocimiento del 'Sí Mismo'! Hay un verso muy paradojal, que reza así: "Aquel que dice que conoce a Brahman (Lo Universal que todo lo impregna, lo vasto, etc.), no sabe. Aquel que dice que no conoce a Brahman, no sabe.
Mas, aquel que dice que no sabe, y sin embargo sabe; ¡sólo él sabe!" Entonces, ¿qué es el Conocimiento del Sí Mismo? ¡Cualquiera - para el caso podría hasta ser un Sadguru (Máxime Preceptor espiritual) - nunca nos podrá decir cual es la Verdad! ¡Porque no puede ser conocida debido a que es el Último Absoluto Conocedor de todo lo que es conocido! ¡No puede ser vista, porque es el final, Último Absoluto Vidente de todo que es visto! ¡No puede ser oída, porque es el final, Último Absoluto Oyente de todo que es oído! ¿Cómo podría alguna vez el fuego sentir su calor? ¿Cómo podría el agua alguna vez sentir su propia humedad? ¿Cómo podría alguna vez el ojo verse a sí mismo? ¿Cómo podría alguna vez conocerme a mí mismo? ¡No puedo sino ser yo mismo! Y para experimentar subjetivamente ese estado de Existencia Pura, en donde no hay nada conocido, nada que se oiga, nada que se vea, sino que sólo hay Existencia Pura - ¡solamente eso es Sabiduría! Y la única cosa que nos impide alcanzar ese estado es el apego.
Las Cadenas del Apego
El apego - se dice - es de varios tipos. Aunque, primordialmente, hay tres fuertes grilletes que amarran a un hombre.
El apego a la sociedad: ¿Qué van a decir? ¿Qué pensará el mundo? ¿Qué impacto tendrá esta acción en otros? ¿Cuál es su opinión? El apego al mundo, a la sociedad - a la opinión de otros.
El segundo, dicen, es el apego al cuerpo Y se dice que el tercero es el apego al conocimiento intelectual.
En el Nuevo Testamento se dice que un camello puede pasar por el ojo de una aguja - como saben la aguja tiene un pequeño agujero en su cabeza a través del cual podemos pasar el hilo.
El Nuevo Testamento dice que un camello puede pasar por el ojo de una aguja, pero que un hombre rico no puede pasar por las puertas del Cielo. En uno de Sus Discursos, Swami citó esto y luego dijo: "Hasta el hombre rico puede pasar por los portales del Cielo, ¡mas no así un erudito!" El apego más difícil de desechar es el apego al conocimiento intelectual.
El apego a la opinión de otros. Aquí se cuenta una historia muy famosa del Mullah Nassirudin - iba con su hijo de viaje- El hijo iba montado en una mula y él caminaba al lado.
Se cruzó un pasante y les dijo: "¡Mullah! ¡Qué significa ésto! ¡Este es el real Kali Yuga! El hijo va cómodamente montado en la mula en tanto que tu caminas a su lado. ¡Qué irreverencia! ¡Qué falta de respeto!" El Mullah le indicó a su hijo que desmontara y él subió a la mula.
Así siguieron su trayecto, hasta que se toparon con otro caminante: "¡Oh mi Dios! ¡Esto es el real Kali Yuga! ¡Mira los pequeños y tiernos pies de ese niño! ¡Le haces caminar por este áspero camino y tu vas cómodamente sentado en la mula! Tu eres el padre que supuestamente debiera cuidarle.
¡Esto está muy mal!" Y el Mullah sentenció, "¡Ninguno de los dos montará!" Y ambos empezaron a caminar, uno a cada lado de la mula. A poco andar, les alcanzó otro viajero y dijo: "¡Mullah, qué tontería es esta! ¿Con qué objeto compraste esa mula? ¿Para sacarla a pasear? ¡Ella pasea feliz mientras ustedes caminan a su lado!"
Entonces, ¡ambos montaron sobre la mula! No habían avanzado mucho cuando les alcanzó otro viajero y dijo: "¡Qué es este Mullah! ¿Quieres matar a esa pobre mula? Bien me parece que la hayas comprado, ¡pero eso no te da derecho a cargarla tanto!"
Los Upanshads dicen, ¿que te pueden hacer un millar de lenguas? Busca la Voz Interior, escúchala con atención y sigue su Guía Interna. ¡Deja que el mundo diga lo que quiera y que lo disfrute!
Finalmente - el apego al cuerpo. Aquí tenemos de nuevo al Chinna Katha de Swami. Una señora brahmin muy ortodoxa estaba de viaje y se preocupaba mucho sobre la pureza del agua, de los alimentos que iba a consumir, de quien los preparaba etc.
Estaba en un área muy árida y en esas tierras las bolsas se hacía de pieles de animales - eran muy limpias, estaban bien lavadas, pero eran hecha de piel de animal.
Desde ellas se le daba agua a beber a los sedientos. Cuando se le acercó el aguador, la dama le preguntó, "¿Está limpia esa bolsa?" El hombre realmente era sabio. Dijo, "¡Señora! ¡La bolsa que contiene esta agua está mucho más limpia que la bolsa en la que ha de ser vertida! Este así llamado cuerpo - que usted tanto estima - si sólo lo pudiera ver por dentro, ¡toda su estima desaparecería!
¡Porque el espejo sólo muestra el rostro, no muestra lo que hay por dentro!" Si sólo usáramos la mitad del tiempo que pasamos frente al espejo mirando nuestra cara, para observar nuestra alma, ¡Dios sería nuestro compañero constante!
Este es el tercero de los difíciles apegos a los que debemos renunciar.
La presencia de ustedes es Mi presencia
La gente necia se identifica y tiene este sentir del - "yo" y "mío" - en este cuerpo y estos órganos etc. ¡Ponganle fin! ¡Terminen con ésto! "La presencia de ustedes es Mi presencia" - Baba ¿Cómo? Al identificarnos constantemente con nuestro Ser Puro - que es Pura Existencia en la presencia misma - identificándose uno con elllo, ¡le puede poder fin!
En una oportunidad algunos ex-estudiantes que trabajan actualmente en Delhi, vinieron para el Darshan de Bhagavan Baba y Swami fue tan bondadoso como para llamarles para una entrevista.
Uno de los muchachos se quejó, "Swami, no soy capaz de sentir Tu presencia en Delhi - ¿qué habría de hacer?" Swami dijo, "¡Vaya! ¿No eres capaz de sentir Mi presencia? Mas, ¿eres capaz de sentir tu presencia?" El muchacho respondió, "Sí, Swamiji, soy capaz de sentir mi presencia".
Swami dijo, "Siéntela bien, ¡porque tu presencia es Mi presencia!" ¡La presencia es presencia, la existencia es existencia!
Día y noche pienso en Mis devotos
Dicho todo esto, hermanas y hermanos, acerca de Vairagya, Jnana, el Sí Mismo, Brahman - todo ello tiene su lugar, mas lo que nosotros hemos de entender es que no hay nada más grande que el Amor por Swami.
Si alguna vez pudiéramos ver y experimentar, por sólo una fracción de segundo - el amor que Bhagavan siente por todos nosotros - ¡este cuerpo se desprendería como una hoja seca! No seríamos capaces de resistir siquiera el Amor que Bhagavan siente por todos nosotros - ¡en cada y todos los segundos!
Bhagavan dice: "¡Día y noche pienso en Mis devotos!" y no es una simple declaración. "Día y noche estoy pensando en ustedes - en como les puedo ayudar; en como puedo aliviar sus pesares; en como les puedo mostrar lo que es la alegría real; en como les puedo apartar de estas atracciones efímeras y transitorias que les ocupan la mente.
¿Cómo podría traer sus mentes hasta Mis Pies de Loto y mostrarles lo que es el verdadero contento? ¡Un yogi real es un hombre contento! "¡Cómo les puedo mostrar que soy el Príncipe de la Danza; ¡solamente Yo conozco el dolor de enseñarles cada uno y todos los pasos!", dice Bhagavan.
Ramana Maharshi solía decir que hay sólo dos vías hacia Dios: "Ya sea inquieran en el Sí Mismo con entera concentración y con un Ser Integrado por completo, encuentren al Sí Mismo y destruyan su mente; o entréguenme por entero sus mentes ¡y yo las destruiré por ustedes!"
He escuchado a Swami decir algo en este sentido: "¡La completa entrega de uno mismo es el fin de la disciplina espiritual!" Y ¿qué es la entrega de uno mismo? El no desear nada; el no temerle a nada; el no sentir ansiedad por nada; el no sentir curiosidad por nada - el estar completamente contento únicamente en el Amor de Dios y el entregarse por entero en Sus Manos - eso es la verdadera rendición de uno mismo.
(Recopilación de una charla dictada por Sri Sanjay Mahalingam
en la divina presencia de Bhagavan Baba, durante
las celebraciones de Dasara, octubre de 2006)
Sai Ram!
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