Los maestros que enseñan con la mente
puesta en el salario que se les paga,
y los estudiantes que aprenden con
la mente puesta en los empleos que
podrán conseguir, ambos están siguiendo
caminos equivocados. En realidad,
la tarea del maestro es cumplir con
su deber de instruir e inspirar a
los estudiantes, para que desarrollen
sus talentos latentes y avancen en
la perfección de sus habilidades.
La tarea del estudiante es desplegar
la Divinidad que posee en él,
y equiparse para servir a la sociedad
con su conocimiento y habilidades.
-BABA
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