No te pongas eufórico por las riquezas, el estatus,
la autoridad, la inteligencia, etc., que puedas
poseer. Considera que te han sido dados en
custodia, para que puedas usarlos en beneficio
de los demás. Todos ellos son signos de
Su Gracia, oportunidades de servicio,
símbolos de responsabilidad. Nunca te alegres
por los tropiezos de los demás; siente
compasión por los errores y equivocaciones
de los demás. Busca lo bueno en otras personas;
oye sólo las buenas noticias sobre ellas;
no prestes oídos a los chismes maliciosos.
En este día de Dipavali, adopta la resolución
de encender la lámpara del Namasmarana
(repetición del Nombre de Dios) y
colocarla en el umbral de tu puerta,
es decir, en tus labios.
Aliméntala con el aceite de la devoción;
como mecha, ten la constancia.
Que esa lámpara ilumine
cada minuto de tu vida.
El esplendor del Nombre alejará
la oscuridad, dentro y fuera de ti.
Esparcirás así alegría y paz
entre todo aquél que se te acerque.
-BABA
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