Cultiva el Amor. Cuando venimos a este mun-
do sólo el amor viene con nosotros. Del amor
surge la verdad. Cuando el amor y la verdad
se unen, hay sustento para lo humano. La
mansión de la vida humana puede ser edifica-
da con la autoconfianza como base, la auto-
satisfacción como columnas y el autosacrifi-
cio como techo. Sólo entonces se puede al-
canzar en esta vida la autorrealización. De-
bes comenzar con la confianza en ti mismo.
Sin ella, no puedes tener felicidad en la vida.
¿Cómo puede alguien que carece de confian-
za en sí mismo tener confianza en los demás?
No dudes de todo. La duda pone en peligro a
la vida, y quien duda no alcanza nada en la
vida. Desarrolla la fe. Abandona todas las
malas cualidades, y lleva una vida ideal y
dichosa. Lo humano sólo florece en un co-
razón puro, y allí encuentra plenitud.
-BABA
La mansión de la vida humana
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