Es muy importante recordar que es posible
y deseable utilizar todo el poder de las pa-
labras a través de la suavidad y la dulzura.
Si están ansiosos por ver a Dios en todo ob-
jeto, la dulzura de la palabra será de in-
mensa ayuda. "Señor, Amo, mi Señor" -
en estas palabras yace el secreto de un
gran afecto y respeto. A través de éstas
y muchas otras palabras, ¡cuán felices
pueden hacer a los demás, y cuán livia-
nas sus mentes se harán, por la práctica
de la suavidad de expresión! Cuando se
efectúan las prácticas espirituales en es-
ta feliz atmósfera, ustedes alcanzarán
muy rápidamente la concentración.
-BABA
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